Lo que empezó hace unos años en los tribunales norteamericanos, se ha convertido en un proyecto prioritario para laboratorios de desarrollo de materiales en todo el mundo
Siendo la automotriz una industria tan globalizada, una tendencia dentro de un mercado específico puede convertirse rápidamente en una reto a escala mundial si está justificado por un bien mayor.
Un claro ejemplo lo encontramos en la industria de la fricción. Lo que empezó hace unos años en Washington y California, cuando el cobre fue considerado como la principal causa de la extinción del salmón y la trucha arco iris, debido a su comportamiento neurotóxico en peces, se ha convertido en un proyecto prioritario para casi todos los laboratorios de desarrollo de materiales en todo el mundo. Sin embargo, a pesar que todavía hay algunas áreas grises por dilucidar, es innegable que los principales fabricantes de sistemas de frenos y vehículos están requiriendo formulaciones sin cobre.
La industria de la fricción va en esta dirección, pero no es tarea fácil, pues no existe todavía un reemplazo directo de este material dadas propiedades únicas. Ingenieros y formuladores de materiales de fricción deben dar con nuevas estrategias para reemplazar este metal no férrico si quieren seguir en la carrera.