Es la fibra metálica más conocida en el mercado. Su longitud de desarrollo y extremo conformado minimiza la apertura de fisuras. A diferencia la barra de acero tradicional, la fibra distribuye los esfuerzos en toda la masa del hormigón y no sólo en lugares puntuales. Adicionalmente, reduce el tiempo de colocación y disposición de armado y los costes de mano de obra. Al ser de acero, evita la aparición de deformaciones por fluencia. Se encuentra en varias longitudes y diámetros para cubrir un amplio rango de prestaciones mecánicas.
- Alto refuerzo estructural.
- Reduce los tiempos requeridos de colocación de mallazo.
- Alta absorción de energía (>700 J).
- Bombeable (depende de la longitud).
- Sin fluencia.