Al ser un ingrediente básico del hormigón, el cemento desempeña un papel importante en nuestra vida cotidiana. Se utiliza en edificios, carreteras, presas, puentes y túneles, es decir, en casi todo lo que construimos. Sin embargo, también es una fuente importante de emisiones de CO2.
Hace mucho tiempo que la industria del cemento europea trabaja para reducir las emisiones y, ahora, se ha propuesto lograr la neutralidad en emisiones de carbono a lo largo de la cadena de valor del cemento y el hormigón para 2050. Según la Asociación Europea de Cemento, CEMBUREAU, el 42 % de las reducciones de emisiones de CO2 se logrará mediante la captura, el almacenamiento y la utilización de carbono. En este proceso de mitigación del cambio climático, el CO2 se capta a partir de centrales eléctricas y procesos industriales para reutilizarlo o almacenarlo a largo plazo de forma segura.
A fin de contribuir a las iniciativas para alcanzar los objetivos sobre emisiones de la UE, los investigadores que trabajan en el proyecto CLEANKER, financiado con fondos europeos, ahora han desarrollado una nueva tecnología de captura de CO2 para cementeras denominada «ciclo del calcio regenerativo». Gracias a esta tecnología, el equipo del proyecto pretende recortar en un 90 % las emisiones de CO2 de las cementeras. Cerca del 60 % de las emisiones de CO2 en la fabricación de cemento están relacionadas con la calcinación de la piedra caliza (CaCO3), la principal materia prima en el proceso de producción en que la CaCO3 se separa en óxido de calcio (CaO) y CO2. El ciclo del calcio regenerativo es un proceso que utiliza la capacidad de los sorbentes a base de calcio para capturar el CO2 a altas temperaturas. En este proceso, el CO2 se captura mediante la denominada carbonatación del CaO para formar CaCO3. Tras ello, se produce una calcinación de oxígeno-combustible, que permite que el CaO vuelva a estar disponible y libera CO2 prácticamente puro.
Las ventajas del ciclo del calcio regenerativo
«Nuestra tecnología ofrece varias ventajas para las cementeras actuales», explica la ingeniera mecánica Martina Fantini del Laboratorio para la Energía y el Medio Ambiente de Plasencia, coordinador del proyecto CLEANKER, en un artículo publicado en el sitio web de la Comisión Europea. «En primer lugar, la renovación no supone ningún tipo de modificación en el horno rotativo de la planta, que es el equipo más crítico de las fábricas de cemento. Por otra parte, el sorbente producido al final del proceso de captura de CO2 es la misma materia prima que se utiliza para la producción de clínker, que es el componente principal de la mayoría de los cementos. Por último, existe una amplia gama de posibilidades para aprovechar el calor producido por el proceso de captura de CO2».
A diferencia de otras iniciativas para capturar el CO2 en las cementeras, este proceso del ciclo del calcio regenerativo se produce durante la combustión, no después. «Pese a estar menos avanzado, CLEANKER podría lograr una eficiencia elevada en la captura de CO2 con una penalización energética y un impacto económico bajos. Todo ello es gracias al uso de la harina cruda convencional como sorbente de CO2 y a una integración térmica estrecha, lo que reduce considerablemente el consumo de combustible», explica. Según el artículo, Fantini espera que el proyecto CLEANKER (CLEAN clinKER production by Calcium looping process) pueda renovar la tecnología del ciclo del calcio regenerativo a gran escala en unos tres años.
Fuente: cordis.europa.eu